Sus piernas se balanceaban colgando mientras seguía con la mirada a los marineros realizando sus faenas en el puerto. Al abuelo le ponía nervioso que ella se sentara en el borde justo del muelle, pero al menos en esos ratos Glauka no hacía tantas preguntas. Sólo miraba al mar… y sonreía.-“ Abuelo, ¿qué está pasando en el norte de Africa?”
- “ Ya empezamos "... -pensó el anciano antes de improvisar-... “ Verás Glauka…, parece ser que las gentes de esos pueblos han decidido cambiar de gobernantes y lo están haciendo”
- “…entonces… ¿por qué salen en las noticias todos los días y la abuela me manda callar para escucharlas? ” -Glauka se giró hacia el abuelo.
- “ Porque esos gobernantes no querían marcharse, pero como casi toda la gente se puso de acuerdo en que tenían que irse, pidieron ayuda a los países avanzados y se la estamos prestando”
- “¿A tiros? ... ¿con tanques?” –a estas alturas, ya andaba hacia el abuelo con esa mirada que el anciano temía.
- “ No siempre, niña. En muchos casos una gran mayoría pacífica ha podido acceder a lo que es suyo sin derramamiento de sangre. En otras, es necesario ayudar con armas a esa mayoría pacífica que no puede defenderse” – le espetó el abuelo con aires de suficiencia, voz de patrón y grandes deseos de que la conversación terminara ahí.
Glauka por su parte había echado a andar a su lado, parecía convencida, pero esa mirada le decía al abuelo que no podría respirar tranquilo hasta llegar a casa. Cuando pasado un rato la niña levantó la vista hacia él pudo oler el peligro...
- “ Abuelito…entonces…..” – ...esa mirada otra vez... –
- “ Entonces ...¿qué? ”
- “ Si esa mayoría pacífica llega a las puertas de Ceuta o Melilla…..¿cómo les ayudaremos? ...¿de manera pacífica?... ¿o de la otra? ”